Rosarito Informa.-Los
lunes, miércoles y viernes son mucho más que tres días de la semana
para personas de la tercera edad porque representan la oportunidad de
permanecer activas, sentirse útiles y divertirse.
Desde muy temprano, camiones de la Fundación María
hacen un recorrido
por diferentes rumbos de la ciudad para trasladarlos a sus
instalaciones, ubicadas en la colonia Herrera donde un grupo de
voluntarios los esperan para atenderlos.
Pedro
Román León trabajó en el diseño de vitrales hasta que una embolia lo
dejó casi paralizado de la mitad del cuerpo, luego la diabetes le afectó
un pie y tuvo que sufrir la amputación de un dedo y la falta de
recursos le dificultan tomar terapia, así que desde hace meses depende
de su esposa, quien es mayor de 70 años.
No
califica para recibir ayuda gubernamental por que no tiene la edad
requerida, apenas es mayor de 60 años, y acudir a las reuniones son para
él la oportunidad de convivir, pero más importante, de recibir atención
en la herida que le dejó la cirugía que por su condición tarda en
cicatrizar.
“Me
distraigo más porque en ‘su pobre casa estoy solo’ porque mi señora se
va a trabajar y esto me levanta el ánimo, aquí me relajo y platico con
los demás; hacemos algo, hasta donde puedo porque yo no puedo por mi
mano y por mi pierna no puedo muy bien, pero la lucha le hago”, expresa
Pedro Román León.
María
de Jesús Padilla Cabello tiene 78 años, es viuda y hace años perdió a
su único hijo; a veces la acompaña una sobrina y aunque asegura tener
buena salud la soledad le entristece, excepto los días de actividad en
la Fundación María.
“Muy
bien, aquí muy alegre vengo para estar en compañía… eso nos alegra el
corazón, nos ayudan mucho”, dice María de Jesús Padilla Cabello.
Diariamente
la Fundación María atiende un promedio de 40 personas, incluidos
adultos y niños en vulnerabilidad social a quienes se les da atención
médica, alimentos, actividades manuales e incluso baile y lecturas sin
costo alguno y al final de la semana les apoyan con despensas para que
puedan comer el resto de los días.
Sin
embargo, por la crisis económica se les redujeron los apoyos que
recibían de Estados Unidos, lamentó Leticia Salcedo, directora general
de la Fundación, quien señaló que tuvieron que recurrir a otras
instancias que sí han respondido, pero aun así la capacidad de ayuda
cambió.
“Hemos
recibido el apoyo muy generoso por parte de ellos y eso nos ha
permitido seguir con la labor, no en la cantidad en la que estábamos
haciendo o con el rango de amplitud que teníamos hace un año, un año y
medio todavía en que visitábamos muchísimas colonias”, mencionó Leticia
Salcedo.
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