El vuelo rumbo a Reynosa en Tamaulipas se convirtió en un acto político y de recaudación de votos hormiga para el candidato presidencial de las izquierdas.
Casi 40 minutos después de que la aeronave despegara de la terminal dos del aeropuerto, a petición de Rubén Núñez, contratista de Pemex quien viajaba a Tamaulipas por trabajo, unos 15 pasajeros se organizaron para echarle una porra. Al término de ésta, la señora María Teresa le pidió que dirigiera un mensaje.
López Obrador les explicó las causas de su lucha y su propuesta de sacar adelante al país a partir de mejorar las condiciones de vida y de trabajo.
En el intercambio de opiniones, la enfermera de profesión le explicó que no votó por él en 2006 porque le dijeron que si ganaba perdería sus propiedades.
"A mi me dijeron que tuviera muchísimo cuidado con usted, porque la gente que teníamos terrenos, que no los teníamos ocupados, que usted nos los iba a quitar para que ahí viviera la gente que no tenía posibilidades y eso sí da mucho miedo, porque nadie quiere perder lo que mucho trabajo le costó", le explicó.
López Obrador explicó que "fue una campaña de desprestigio para meter miedo a la gente en 2006. Toda clase de mentiras, nosotros somos respetuosos de los derechos ciudadanos, de la propiedad, nosotros en el gobierno no promovimos invasiones, al contrario".
En su amplia explicación, le dijo que hay gente que como ella, tuvo miedo en 2006, "pero han llegado hasta a pedirme disculpas porque era todo una mentira".
Después de diez minutos de intercambio entre el candidato y los pasajeros, particularmente doña María Teresa, López Obrador pidió concluir, debido a la presencia de los medios de comunicación que grababan y tomaban fotografías del momento.
"Ya no quiero seguir con esta conversación porque todas estas personas son mirones profesionales", le dijo a la enfermera de 54 años.
Sólo un pasajero se negó a sumarse a la porra organizada para el candidato presidencial.
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