Rosarito Informa.-Más de cien familias olvidadas en el
arroyo Alamar: se trata de viejos residentes del área y migrantes,
quienes han establecido humildes viviendas en la zona federal ubicada en
la tercera etapa del arroyo; comparten en común la falta de
oportunidades, entre ellas que no tienen opción de vivienda.
Emilia Ruiz Márquez, residente del
Arroyo Alamar, vive en esta zona desde antes de la llegada de las
fabricas, entonces se dedicaba a la agricultura, ahora sobrevive con la
venta de un pequeño negocio, una tienda de abarrotes.
“Vinieron de antorcha a querernos sacar
por un amparo, nos cobraban 1 mil 500 teniendo tantos años aquí, para
que nos saquen teniendo tantos años aquí... -¿alguna autoridad?-... no,
ninguna ha venido aquí”, comentó.
Martha Maribel García, residente de
Arroyo Alamar, recuerda que la mayor parte de los residentes llegaron
hace alrededor de dos años, se asentaron con calles improvisadas, de
tierra, sin agua ni drenaje, la energía eléctrica llega con diablitos,
una parte de las viviendas están en terrenos asignados a Pavimentadora
de Tijuana, los divide un cerco, pero igual sufren incertidumbre en
cuanto a la tenencia de la tierra.
“Supuestamente porque mi papa trabajaba
con ellos, a nosotros no nos echaron por el trabajo que tenia ahí, ahora
que lo corrieron tenemos problemitas, aquí no tiene dueño el único que
podría sacarnos son los de Conagua”, aseguró.
Gloria y su esposo llegaron hace apenas
unos meses de Hermosillo, pagaron diez mil pesos por el terreno donde
construyeron su casa. Sin trabajo, sin pensión ni más capital que la
necesidad de salir adelante, sólo esperan un milagro para que las cosas
cambien, para mejorar.
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