Bufón
municipal
Por: Javy Malacara
Según la real academia de la lengua la palabra “Bufón”
tiene el siguiente significado: es toda aquella persona que hace reír con su
ingenio, sus gracias o sus desgracias. En un sentido histórico, los bufones,
hombres o mujeres, muchas veces niños, enanos o personas deformes o grotescas,
han ocupado un lugar privilegiado junto a reyes y poderosos. Sus habilidades burlescas,
su destreza en acrobacias, malabarismos y otros juegos, y muy en especial su
privilegio ante los poderosos para decir lo que a nadie le estaba permitido
pronunciar o reírse de quien nadie osaría hacerlo, han sido sus características
principales.
Pues tal parece que el director de relaciones públicas
del VI ayuntamiento de Playas de Rosarito, Juvenal Arias Guzmán, se ha dado a
la tarea de andar de bufoncito del alcalde municipal y todos los funcionarios
de primer nivel.
Dicen las malas lenguas que este principiante de cómico
(que por cierto tienen la gracia de Gonzo el de los Mupets de Disney, aquel que
contaba chistes y terminaba saliendo a tomatasos) se la ha pasado queriéndose hacer
el chistosito en los eventos donde el conduce la presentación de los que presiden
las mesas de honor; a tal grado ha llegado que hasta los mismos empleados del
ayuntamiento lo critican por insípido.
En un evento donde participaron diferentes autoridades
tanto del municipio como del estado, después de presentar al presídium, y diez
minutos después llego el diputado invitado y cuando retomo la palabra Juvenal
Arias, llamo la atención como evidenció al
diputado, cuando tomó el micrófono dijo: y también nos acompaña el diputado
fulano de tal, que por cierto llego 10 minutos tarde.
En otro evento donde la primera dama llamaba a la ciudadanía
a participar en una caminata denominada “camina, trota, corre y rueda con la
primera dama” en beneficio del CRIT,
cuando estaba dando a conocer los pormenores del evento, hizo un paréntesis
para dar a conocer a los medios de comunicación y a los presentes que el participaría
junto con su nieto y su hijo, “y así participaremos tres generaciones” espetó Arias Guzmán, a lo que todos los
presentes voltearon a verse y hasta murmullos se escucharon tales como: ¿y
quien le pregunto? , ¿Y a mí que?, ¿Qué tiene de interesante?
Y aunque hay que reconocer que está muy preparado, también
hay que reconocer que no tiene retraimiento en actuar tanto como cuenta chistes,
o como cantante y se esfuerza de gran manera para hacerlo bien, lástima que no
cuenta con ese ángel y gracia con la que todo cómico debe de tener.
Pero como habíamos
dicho que los bufones tienen la oportunidad de hablar con los poderosos y
conseguir lo que quieren, tal parece que eso lo tiene bien sabido, porque ahora
resulta que quiere quedar bien con uno de sus amos, ya que está proponiendo que
al parque Abelardo L. Rodríguez, se le cambien el nombre por el de Hugo Eduardo
Torres Chabert.
¿Sabe usted los méritos que tuvo que hacer Abelardo L. Rodríguez para
que el parque que se encuentra ubicado en el centro de la ciudad se llamara así?
Bueno pues ahí les va a grandes rasgos que hizo este coronel del ejército, Emigró a Estados Unidos de América en 1906 y
ahí residió seis años, en los que realizó quehaceres de ayudante industrial. Su
estancia en este país lo motivó a adoptar la forma estadounidense de llevar sus
apellidos, conociéndose desde entonces como Abelardo L. Rodríguez.
Cuando volvió a México, a finales de 1912, se encontró
al país en plena lucha revolucionaria.
Luchó en la Revolución Mexicana a partir del 1 de
marzo de 1913, cuando se enlistó en las fuerzas de Álvaro Obregón en el
Ejército Constitucionalista, que combatía al presidente Victoriano Huerta,
acusándolo de usurpar la presidencia y asesinar a Francisco I. Madero.
Rodríguez ascendió rápidamente. Participó en varias
batallas, como la toma de Culiacán; estuvo en la campaña del Bajío; suprimió en
Sonora un levantamiento yaqui y combatió al ejército zapatista.
Participó en la campaña de Benjamín Hill hacia la
Ciudad de México en 1916 ascendió a Coronel, y en 1920 secundó con Rafael M.
Pedrajo el Plan de Agua Prieta, y en ese mismo año fue comisionado para
combatir a Esteban Cortés, que se rebeló contra el presidente Adolfo de la
Huerta.
En 1921 fue designado jefe militar del entonces
territorio de Baja California.
En 1923 fue nombrado por Obregón, su antiguo
comandante en el ejército Constitucionalista, como gobernador general del
Territorio de Baja California, y en el puesto desarrolló una política de
recuperación de las finanzas públicas, afectadas por la rebelión de la huertista,
a la que combatió.
La pregunta es ¿lo que ha hecho Hugo Eduardo Torres
Chabert, para juvenal Arias Guzmán, ha sobresalido más de lo que hizo este
general del ejército y primer gobernador de Baja California? O ¿en que se basa
para proponer que a este parque se le cambie el nombre de un sobresaliente
personaje que tanto le dio a este país, por el nombre de un empresario
mediocre, que como gobernante dejo endeudado al municipio y que debería de
estar en la cárcel por corrupto? ¿Qué méritos sobresalientes en beneficio, ya
no digamos del país, pero si del municipio ha hecho Hugo Torres para merecer
esto?
con que no se le ocurra a este chistorete ponerle el nombre de Hugo Torres Chabert al gran parque metropolitano, que al fin y al cabo fue el capricho caro de este alcalde con falta de escrúpulos.
Bueno igual y es un chiste mal contado (como todos los
que cuenta) por este remedo de cómico o de Bufón, pero mientras eso pasa los
ciudadanos estaremos a Ajo y Agua… así es, Ajo…derse y Agua…ntarse
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