sábado, 6 de agosto de 2016

Expediente Político

Por.- Alfredo Calva
 Malestar…..……..
En una entrega anterior, en este espacio señalé que el gobernador, Francisco Vega de la Madrid, había trabajado arduamente para encontrar su cueva del tesoro, al igual que lo hizo, Alí Babá, y que lo logró gracias al esfuerzo realizado, pero en especial, al dinero invertido en el proceso.
Cumpliéndose así, el gran anhelo del gobernador, y se debe de reconocer que trabajó arduo para conseguirlo, empleó decenas de millones de pesos de las arcas bajo su administración para ello, fueron meses de mucha tensión, existieron momentos hasta de frustración, sin embargo, todo quedó atrás y la satisfacción y el sosiego arribaron para quedarse para el resto de su gobierno, al conseguir como Alí Babá, su cueva de tesoros.

Porque al igual que el personaje de la fábula Persa, Ali Babá, se consiguió una cueva en la que cuarenta ladrones guardaban sus tesoros, de la misma forma Kiko Vega, buscó y trabajó para conseguir su cueva de tesoros y lo logró al obtener el pasado cinco de junio 13 de las 17 diputaciones de mayoría con las que se cuentan en el congreso local, que se encuentra integrado por 25 legisladores, 17 de mayoría y el resto de los llamados plurinominales.

Es decir, el gobernador y su partido, el PAN, obtuvieron una mayoría simple en lo que será la XXII legislatura, y eso es fundamentalmente lo que buscó y por lo que trabajó el titular del ejecutivo, tener el control del congreso, porque qué mejores tesoros puede encontrar que la aprobación de todas sus cuentas públicas de forma impoluta, a partir de la del presente año, hasta su salida de la administración en el 2019. Mejor, imposible.
Para conseguir su objetivo, invirtió decenas de millones de pesos del erario para la compra de votos, fue a los candidatos a las diputaciones a quienes se les dió prioridad con la inyección de recursos a través de sus dos brazos operadores Loreto Quintero y Antonio Valladolid, Oficial Mayor y Secretario de Finanzas, respectivamente, obviamente sin descuidar a los abanderados a las alcaldías, de las cuales consiguió tres (salvo que diga lo contrario el TRIFE) de las cinco existentes, como un premio adicional a su dedicación, esfuerzo e inversión.
Ahora sí,  a partir de ya y con total relajamiento y tranquilidad, el gobernador podrá saquear las arcas, hacer negocios y viáticos por el mundo sin que el poder legislativo y su órgano de vigilancia, el Orfis (Órgano de Fiscalización), le digan o le critiquen alguna situación, porque al arribar la nueva legislatura el próximo primero de octubre, los diputados por tradición se reparten los cargos administrativos y operativos que existen en el poder legislativo entre ellos, y por supuesto los prianistas se quedarán con la mayor cantidad y los mejores, entre ellos el órgano de fiscalización.
Lo que vendrá a ratificar la certificación que ya viene realizando de todas sus trapacerías el órgano interno de control de su gobierno, la Contraloría, ente en el que colocó a uno de sus mejores serviles, Bladimiro Hernández Díaz, quien está ahí para proteger a su jefe y coludidos, citando un ejemplo, Saúl Castro, quien se ha hecho millonario al frente del deporte en el estado y que es herencia de las dos últimas administraciones estatales y además fue su subordinado cuando fue alcalde de Tijuana.
Tres años de Hidalgo y casi con impunidad plena.
Sólo, que la federación fiscalice las obras que están reportadas como realizadas, y los recursos entregados para su ejecución hayan sido aplicados correctamente.

Y mientras tanto……………
Donde quedaron los más de 112 millones de pesos, que el gobierno del estado desaparecieron, emulando al gran mago, David Coperfield, y que la administración federal investiga su paradero a través de la entidad procuradora de justicia, la PGR, que titula Arely Gómez. Dinero que fue enviado para tres rubros fundamentales para el desarrollo comunitario, Educación, Salud y Seguridad.





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