Dicen que mal inicia la semana, al que ahorcan en lunes.
Pero en el caso que nos vamos a ocupar este día, parece que al ahorcado de la semana ni le importa, ni le interesa ni le preocupa.
Francisco Vega de Lamadrid nuevamente abandonó el Estado y sus problemas durante el fin de semana pasado y extendió su ausencia por lo menos hasta este lunes cuando miles de maestros saldrán a las calles en los cinco municipios del Estado a manifestarse para exigir el pago de pensiones y jubilaciones que por más de 600 millones de pesos, adeuda el Gobierno del Estado.
Con el argumento de que sus continuos viajes al Distrito Federal obedecen a su interés de acelerar gestiones para bajar más recursos económicos y estimular las actividades productivas del Estado, Vega de Lamadrid deja en manos de sus colaboradores la solución a los problemas, algunos de ellos graves, que enfrenta Baja California.
Lo de hoy no es cualquier cosa.
Sin duda una fuerza política importante y con una indiscutible presencia social, los maestros de las secciones 2 y 37 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación habrán de demostrar su poder no tanto para presionar por el pago de las pensiones, sino para advertir que si el Estado quiere seguir jugando vencidas, el Sindicato tiene la capacidad de movilización suficiente para desestabilizar al Gobierno.
Porque lo cierto es que el asunto de las pensiones y jubilaciones y los 600 millones de pesos pudo haberse negociado sin afectar el inicio de clases programado para este lunes.
Seguramente los líderes magisteriales sentados frente al secretario general de Gobierno, Francisco Rueda Gómez, pudieron haber resuelto esa situación en un dos por tres y estar hoy frente a sus alumnos desde las 7:00 horas.
Pero a alguno de los miembros del Consejo de Sabios, aprendices de Maquiavelo que cobran en el Poder Ejecutivo, consideraron que el exhibir públicamente el oficio para que los maestros comisionados se presentaran a clases pondría de rodillas a los líderes sindicales.
Incluso, utilizaron para ello al diputado local de izquierda, Armando Reyes Ledezma convertido hoy en un legislador al servicio no del Partido del Trabajo y menos de la clase trabajadora, sino del Gobierno del Estado para que éste lo siga apoyando en sus pretensiones de ser el próximo Alcalde de Ensenada.
Desgraciadamente, hay que decirlo, en este juego de vencidas los operadores del Estado no midieron los efectos y en el afán idiota del golpeteo inútil, demostración clara de la incapacidad de diálogo que caracteriza al gobierno de Kiko Vega, la respuesta no tardó en llegar.
Hoy tendrán que enfrentar las consecuencias de su imprudencia que afectará a miles de niños y adolescentes que deberían de estar en clases en las escuelas primarias y secundarias del Estado.
Mientras tanto, el responsable de salvaguardar la tranquilidad y paz social en el Estado sigue en las nubes, viajando al Distrito Federal con escalas ocasionales en Los Barriles, Baja California Sur.
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