El paisano Roberto
Roberto Alcántara Rojas (nacido en 1950 en Acambay, estado de México, a 23 kilómetros de Atlacomulco) ha sido señalado con insistencia como el empresario favorito del sexenio. Un ejemplo de su poderío imbatible pudo observarse en la caótica instauración de los nuevos sistemas de peaje federal, del Iave que le fue retirado al grupo I+D, de Grupo Carso, de Carlos Slim, y BBVA Bancomer, a la adjudicación al paisano en ascenso contratista que no pudo garantizar una limpia transición tecnológica y causó graves problemas de operatividad que tampoco quiso sancionar otro funcionario proveniente de la cultura política del compadrazgo, Benito Neme Sastré, director del organismo descentralizado históricamente tan redituable, Caminos y Puentes Federales.
El paisano Alcántara es presidente del Grupo Toluca, cargo que también ocupó en el consejo de administración de Bancrecer (quebrado y luego rescatado mediante el Fobaproa) y es el principal accionista de Inversionistas en Autotransportes Mexicanos Iamsa (con 23.7 por ciento del pasaje en autobuses foráneos a través de firmas como ETN, Caminante, Flecha Amarilla y Ómnibus de México) y de la alianza con Ryanair en México que ha permitido el funcionamiento de Viva Aerobús, línea de bajo costo pero, al igual que su socia europea, de alto registro en cuanto a quejas del público por mal servicio.
De una manera intempestiva, que dio pie a las versiones de que funge como prestanombres de algún político de moda, Alcántara se metió en julio del año pasado al mundo de los medios de comunicación en España, al convertirse con 100 millones de euros en el accionista individual más cuantioso de Prisa (ya desde meses atrás era miembro del consejo de administración y de la comisión ejecutiva), el consorcio que tiene como producto estelar el diario El País, cuya línea editorial ha sido favorable a las reformas peñistas. Además de ese golpe internacional, Alcántara tejió alianzas con grupos editoriales mexicanos y buscó quedarse con una de las dos cadenas de televisión abierta que serán decididas el próximo 19 de marzo, aunque luego del descarrile del tren chino decidió bajarse oficialmente del proyecto televisivo cuando menos a título propio.
El historiador potosino Óscar G. Chávez escribió en La Jornada San Luis este jueves, bajo el título de “Cuotas políticas al Levante” (http://bit.ly/16Zmnx4), que “luego de enviudar de su esposa María Guadalupe Hinojosa Cuéllar, en 2000; Murat estableció relaciones sentimentales con Aurora Alcántara Rojas (hermana de Roberto, mencionado en los párrafos anteriores: nota de Astillero), hija de Jesús Alcántara Miranda y Refugio Rojas Ruiz; una hermana de su padre, Carolina, contrajo matrimonio con Juan del Mazo López, primo hermano de Dolores del Mazo Vélez, abuela paterna de Enrique Peña Nieto. Tres grados familiares lo separan del poder”.
Así, el ex gobernador oaxaqueño fue anfitrión de cuando menos una reunión de alto nivel para definir lo que sería el Pacto por México, que fue una especie de salvavidas que permitió al mexiquense arrancar su gestión con una oferta de modificaciones alcanzables, en un presunto “momento mexicano” que fue derivación del esquema formulado por Murat (con especial ayuda o coautoría de perredistas como Jesús Ortega), así que el hijo de un migrante iraquí, José Tomás Murat (1904-1975, todo conforme al artículo de Chávez, @anticuaeguiara en Internet), tuvo incluso un repunte al ser nombrado coordinador ejecutivo del mencionado Pacto y participar en asientos de honor en ceremonias encabezadas por Peña Nieto (respecto al apellido Murat, el historiador Chávez señala que “el apellido en origen debería ser Murad, por ser así el de su abuelo, Toma Algoshi Murad, nacido en Al Basrah, Basra, Iraq”, sin relación “con los Murad Mcluf, poblanos, políticos también, de origen libanés”).
Por otra parte, el historiador menciona que el gabinete federal “cuenta entre sus miembros a Emilio Chuayffet Chemor, secretario de Educación Pública, de origen libanés. Juan José Guerra Abud, titular de la Semarnat. Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía; nieto de libaneses establecidos en Cozumel en 1918. José Antonio Meade Kuribreña, titular de la cancillería, cuyo segundo apellido se generó de la composición de los apellidos de sus bisabuelos Antonio Kuri Kuri y Juana Breña Gordoa; tocó a su madre, María Kuri-Breña Orvañanos, ser registrada con este nuevo apellido y heredarlo. El cansado Jesús Murillo Karam, procurador de la República, nacido en Hidalgo, tiene parte de sus orígenes familiares en Jezine, Líbano”.
El Textualismo del historiador Chávez, especialista en estudios de redes familiares mexicanas, también menciona, entre la diversidad de aportaciones de la comunidad de Medio Oriente, que “José Saleh Helú Manzur – abuelo de Carlos Slim Helú– fue el primer periodista de lengua árabe que se desempeñó como tal en México; fundador del diario Al-Jawater, órgano bilingüe de la comunidad libanesa. Uno de sus hijos, Antonio Helú Atta, nacido a inicios del siglo XX en San Luis Potosí, fue decidido seguidor de José Vasconcelos y editor del diario vasconcelista El Momento”. Y, respecto al apellido del gran poeta Jaime, señala que “su padre, Julio Sabines, conocido en aquellas regiones como el mayor Sabines, por haber alcanzado ese rango en la vigésima primera división carrancista, adaptó para sí el uso del topónimo de su pueblo de origen: Saghbine, ubicado en la llanura de Béqaa, distante de Beirut, unos 30 kilómetros al este”.
Y, mientras el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, derrama buen humor en busca de aplausos, al señalar en Mérida, durante una reunión regional de seguridad de la zona sureste, que México está hoy en los mejores niveles de seguridad de los 10 años recientes (se escuchan risas grabadas), ¡hasta el próximo lunes, luego de ver a enfermeras marchar hacia el Zócalo capitalino en demanda de esclarecer el estallido hospitalario en Cuajimalpa y mejoras laborales en general!
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