La rifa del tigre
Rosarito Informa.-Primero lo primero: creo que cualquier interesado en las redes, el internet y el futuro debe leer la producción de Evgeny Morozov, sus artículos y sobre todo su libro The Net Delusion. Lo advierto porque mucho de lo que usted va a leer en las siguientes líneas viene de sus ideas.
Morozov fue el primero en poner, con seriedad, un ojo crítico en la manera en que internet ha cambiado nuestras vidas.
Ya llevamos suficientes años viviendo y dependiendo de la red como para empezar a quitarnos la ilusión de que todo lo puede, todo lo cambia. Ahora, en tiempos electorales, se han puesto de moda las conferencias, los artículos, los expertos en redes sociales y en elecciones. Se han puesto grandes esperanzas en lo que pueda suceder en la red. Mas la realidad es otra.
Lo que hoy sobra en Twitter —y menos, pero también en Facebook— es basura: bots, trolls, información falsa. Recorren la red hoy fotos alteradas que se hacen pasar como buenas, videos difamatorios, declaraciones dizque de candidatos, información “confidencial” que se hace pasar por buena.
Un ejemplo: en la semana corrió por la red una fotografía de una supuesta campaña de “guerra sucia” en la que se alteraba un cartel del Partido Revolucionario Institucional. Sin verificación de que existiera, sin investigación periodística de quién lo había hecho —en caso de ser real—, algunos diarios se apuraron a publicarlo con el supuesto pretexto de que había causado escándalo en las redes sociales.
Déjenme detenerme aquí. ¿Qué nueva causal periodística es esa: “Causó revuelo en las redes sociales”? Se saltan todas las trancas y la información no verificada se publica.
En un artículo de principios de año que dio la vuelta al mundo, Morozov señalaba cómo se propagan grupos que niegan la evolución, que dicen que el VIH no provoca el sida o que los ataques del 11 de septiembre de 2001 fueron hechos por los propios estadunidenses. Es decir, los orates han encontrado terreno fértil en las redes.
¿Por qué? Porque la red iguala. Porque en la página de resultados de Google no hay diferencia entre un loco y un científico, menos ahora que ese buscador ha modificado algunos criterios de resultados y han incluido como criterio lo que nuestros amigos buscan o donde hacen clic.
En el fondo, sin importar las nuevas tecnologías, lo que hoy se necesita es lo que se ha necesitado siempre: un buen editor que mande verificar la información y la ponga en contexto. Y también alertar a los lectores para que tengan cuidado. No todo lo que brilla es cierto. Aunque esté en la red.
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