Rosarito Informa.-Como parte de los estudios que se llevan a cabo en las parcelas del ejido Nacionalistas de Sánchez Taboada, mejor conocido como Maneadero, los científicos de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) han revelado que la salinidad en las tierras regadas con aguas tratadas ha bajado de manera considerable, por lo que ahora más de 100 hectáreas que antes eran estériles por el exceso de sal ahora pueden ser sembradas con seguridad.
El presidente del ejido Nacionalista de Sánchez Taboada, Raymundo Carrillo Huerta dijo que técnicamente al estar regando las parcelas con aguas tratadas provenientes de El Naranjo la sal se está lavando y con ello alejando de la zona de siembra.
Los investigadores han encontrado que ahora la sal que antes se podía ver en la superficie cada vez está a más profundidad, lo cual es benéfico para la siembra de ciertas especies, principalmente la flor y los forrajes.
“Antes más de 100 hectáreas estaban invadidas por la sal y los campos ya eran considerados infértiles para la siembra, muchos pozos de agua dejaron de ser usados porque eran muy salados, sin embargo ahora esas mismas 100 hectáreas, como parte de un plan piloto, se encuentran sembradas con flores y forrajes, volviendo productiva esta zona”, destacó el líder de los ejidatarios.
Los investigadores han presentado resultados de análisis de suelo, los cuales fueron muestreados en distintos escenarios, el primero realizado el día 18 de junio del 2014 (previo al uso de las aguas tratadas), y el segundo realizado el mes de febrero del 2015, siete meses después de haber aprovechado el agua tratada.
Los resultados indican reducciones de hasta 70.62 % en el valor de la conductividad del suelo al pasar de 14.3 dS/m a 4.2 ds/m., es decir, la sal de las tierras sembradas ha bajado; esta es la principal razón por la cual parcelas que suspendieron por diez años la actividad agrícola, hoy en día son productivas.
Carrillo Huerta dijo que otro beneficio obtenido del aprovechamiento del agua residual tratada es que contribuye a reducir el grado de sobreexplotación del acuífero, evitando que los productores recurran a instalar sistemas de tratamientos costosos para mejorar el agua subterránea, pues la calidad del agua residual tratada para la producción de flores y forrajes es mucho mejor que el agua de los pozos localizados en la zona donde se está desarrollando este proyecto.
Estudios que acompañan el desarrollo del proyecto piloto para el reúso de aguas residuales tratadas en la producción de flores y forrajes en el valle de Maneadero muestran los beneficios para esta zona agrícola, así lo han comentado investigadores del cuerpo académico de Agua y Ambiente del Instituto de Ciencias Oceanológicas de la UABC.
Los investigadores han participado en este importante proyecto inclusive desde antes de la puesta en marcha del convenio de participación, desde el pasado 30 de junio del 2014, es decir, recabaron información antes de que se iniciara el riego con las aguas tratadas y con ello pudieron demostrar que no se estaba afectando el medio ambiente.
La labor de los investigadores ha consistido en analizar los parámetros de calidad de los suelos en donde se está haciendo uso de este recurso, así como también del agua subterránea, que es extraída de los pozos cercanos.
El ingeniero agrónomo Alejandro Guzmán Ángel, Gerente Operativo del Comité de Aguas Subterráneas del Acuífero de Maneadero (COTAS) dio a conocer que en la presentación de avances realizada el día 05 de junio del año en curso por parte de los investigadores se mostraron graficas donde se puede ver el comportamiento de la conductividad eléctrica, en este caso la tendencia indica la disminución de este parámetro, lo cual es el mejor indicador de mejoramiento de la calidad de los suelos regados con agua tratada.
“El valor de conductividad eléctrica en el suelo es directamente proporcional a la concentración de sales solubles en este medio, lo que indica que ha mayor conductividad eléctrica es mayor la salinidad del suelo, interpretando los resultados de la UABC entendemos que se reduce la conductividad y por lo tanto se reduce la salinidad en los suelos”, beneficiando tierras que años atrás estaban afectadas y limitadas para la actividad agrícola debido a las altas concentraciones de sales en suelo y agua subterránea”, dijo el gerente operativo del COTAS Maneadero.
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