Por.- Alfredo Calva
La rebelión de las sotanas………….
Muchos ciudadanos en el país se preguntan si el titular de la Secretaria de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, conoce de la existencia y contenido de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, porque desde el pasado 17 de mayo los jerarcas de la iglesia católica se encuentran violentando el artículo 130 inciso E, de nuestra carta magna de manera constante.
A raíz de que el presidente Enrique Peña Nieto dio a conocer sus propuestas de iniciativas de reformas a la Constitución Política y al Código Civil Federal, para que se permitan los matrimonios igualitarios y la adopción de menores a las parejas homosexuales, la grey católica se ha revelado y ha manifestado su repudio a la propuestas presidenciales, calificándolas de retrogradas y antinaturales.
Son de intolerancia las expresiones como las del cardenal, Norberto Rivera, quien recién manifestó que, ¨“Los cristianos no podemos renunciar a proponer el matrimonio entre un hombre y una mujer como fundamento de la familia y motivo de alegría y vida para la sociedad y la humanidad, si así no lo hiciéramos con el fin de no contradecir a la sensibilidad de algunos por estar a la moda, o por sentimientos de inferioridad frente al descalabro humano, estaríamos privando al mundo de los valores y debemos aportar”.
A los hombres de la sotana les ha importado un sorbete lo enmarcado en nuestra Constitución, específicamente su artículo 130, en el que se establece que, ¨El principio histórico de la separación del Estado y las iglesias orienta las normas contenidas en el presente artículo. Las iglesias y demás agrupaciones religiosas se sujetarán a la ley¨, y en su inciso E se señala que, ¨Los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna. Tampoco podrán en reunión pública, en actos del culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios¨, como si el hecho de pertenecer a la iglesia católica les garantiza impunidad ante la intromisión que están haciendo en la vida política del país.
Las denostaciones hacia el gobierno de Peña Nieto y sus propuestas realizadas en el semanario ¨Desde la Fe¨, que se encuentra bajo la orden directa del arzobispo, Norberto Rivera, y los comunicados emitidos por la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), han sido un ejemplo a seguir para el resto de los obispos y prelados en todo el país, para gestar un movimiento social en contra de estas, apoyados en organismos ultraconservadores de la sociedad civil y políticos de estrechez mental y retrogrado actuar, a fin de evitar la aprobación de las iniciativas enviadas al Congreso de la Unión.
No es posible que se le permita al clero católico, y a ninguna otra institución religiosa, entrometerse en los asuntos de carácter político y gubernamental de nuestro país, el criterio que ellos tienen sobre las iniciativas presentadas por Peña Nieto, se las deben de guardar en lo interno, si no les agradan y aceptan pues solo les resta, callarse y aguantarse, o en lo privada y entre ellos y sus amistades expresar su repudio, pero no de manera pública o durante sus homilías.
Ya es tiempo de que el Secretario de Gobernación actué en consecuencia, se debe de aplicar la ley a quien la violenta, no importa si usa sotana o se siente protegido por el Papa, sino de que sirvió la lucha de Benito Juárez García, en contra de quienes manejan el opio del pueblo, tipificara Bruno Bauer, la iglesia católica.
No se debe tolerar la rebelión de las sotanas, si don Norberto Rivera y coreutas no se encuentran a gusto con las iniciativas enviadas por el presidente, pues entonces que le pida a su patrón que los envié a un país en el que se practique la política ultraconservadora que les fascina, y por lo que respecta a los organismos que apoyan su criterio, a ellos se les respeta su derecho a disentir y a su libertad de expresarse, pero a los religiosos, jamás.
Y esto apenas inicia.
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